Isabela Acevedo acompañada de sus padres mineros, llega al municipio de Santa fe de Antioquia, en busca de una mejor calidad de vida, aunque esto implique un cambio de escuela, amigos y actividades.
Llegan con muchas esperanzas pero la realidad es muy distinta, porque esta minería que se ejerce de manera informal no permite estabilidad y la deserción escolar es muy alta.
La vida es un perpetuo cambio; no somos los mismos de ayer y tampoco los mismos de mañana. Lo que ayer fue plomo, granadas en el cielo y cuervos carroñeros, hoy es la metamorfosis de la guerra que, como la oruga, despliega sus alas en forma de mansa paloma mensajera de paz.
La guerra, el conflicto armado y la violencia se ha vuelto tan natural en nuestro entorno, que palabras como: Gatillo, Bomba, Carro Bomba, son palabras pronunciadas sin escándalo en las esquinas por jóvenes y adultos.
¿Será posible que la palabra guerra se convierta en un archivo histórico, en un momento difícil del pasado colombiano?